Hoy para terminar esta semanita os traigo una receta que ¡me encanta!, aunque eso sí.....no es mía. Es del libro "En casa con Jamie", (que estas Navidades me trajeron los Reyes) y cuando la preparé en casa nos gustó tanto, que rápidamente me dije: ¡Esta receta no puede quedarse sin compartirla en el blog!, asíque saqué la cámara de fotos...... y aquí estoy hoy, compartiéndola con vosotras.
Y ya sé que a simple vista puede parecer una receta muy normalita, pero si eso es lo que habéis pensado, estáis muuuuy equivocados!, porque su sabor es.... ¡maravilloso!
Y además estoy segurísima, de que a los peques de la casa también les va a encantar, porque aquí en casita si no le digo a mi hijo que pare jijijiji ni su padre ni yo, creo que lo hubiésemos probado! jajajaja!
Asique voy a contaros como podéis prepararla.....
Ingredientes:
Respecto a las cantidades, ya os daréis cuenta, cada uno puede utilizar las que crea convenientes dependiendo del número de comensales que se siente a la mesa!
• Patatas lavadas
• Pollo (en mi caso he utilizado contramuslos deshuesado y cortados en trozos y por supuesto con piel)
• Tomates cherry de diferentes colores
• Aceite de oliva virgen extra
• Un ramito de Orégano fresco
• Sal y pimienta negra molida
• Vinagre de vino tinto
Elaboración:
Lo primero que debemos hacer es poner un cazo con agua y sal, y una vez rompa a hervir, añadiremos las patatas que cocinaremos hasta que estén listas. Mientras se hacen podemos ir poniendo en marcha el horno a una temperatura de 200°.
En un cuenco colocamos el pollo y lo rebozamos con un chorrito de aceite, sal y pimienta. Lo dejamos en el cuenco para que se impregne bien y ponemos una sartén en el fuego. Cuando esta esté caliente, añadiremos el pollo que teníamos reservado en el cuenco. Lo colocaremos con la piel hacia abajo y sin que quede amontonado en la sartén. En el caso de que no nos entre todo en una sola, lo repartiremos en dos. Y cocinamos durante unos 10 minutos aproximadamente, removiéndolo de vez en cuando.
Ahora cogemos los tomates y los pinchamos con la punta de un cuchillo, los colocamos en un bol y echamos sobre ellos agua hirviendo hasta cubrirlos. Los dejamos durante 1 minutos más o menos y después los sacamos y dejamos templar un poco para poder cogerlos e ir quitándoles la piel.
Si no queréis hacer este paso (el de escaldar los tomates), puedo aseguraros de que más tarde os arrepentiréis de ello. Pues al pelarlos conseguiremos que las patatas se empapen del jugo que desprenderán en el horno. Ya podéis haceros una idea ¡del rico sabor!
Para entonces las patatas estarán listas, asíque las sacamos del agua y las echamos en una fuente apta para el horno. Lo mismo haremos con los tomates una vez los tengamos pelados, los pondremos junto con las patatas en la fuente.
Ahora en un mortero machamos unas cuantas hojas de orégano con una pizca de sal. Añadimos un chorrito de aceite, otro de vinagre de vino tinto y pimienta. Machamos un poco más y sacamos el pollo de la sartén para colocarlo con los demás ingredientes en la fuente.
Echamos por encima el majado que hemos preparado en el mortero y unas cuantas hojas de orégano más, por encima.
Intentar que todo quede en una sola capa en la fuente, pues de esta manera nos aseguramos el pollo crujiente, de lo contrario, algunos trozos que queden por debajo no quedarán tan crujientes como lo de encima. Y metemos en el horno unos 40 minutos, hasta que esté dorado, lo que indicará que esta crujientito!.
Servir enseguida, acompañándolo de una ¡rica ensalada verde!
¿No os parece una rica y sabrosa receta?
Ser felices y....¡feliz finde!
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