¡¡Galletas de corazones para hoy!!
Hoy es el día de San Valentín, también conocido como Día de los Enamorados o Día del amor y la amistad. Según he leído es por estas fechas cuando los pajaros se emparejan y se aparean en los países nórdicos, curioso ¿verdad?
Asique he seguido leyendo y tambíen cuenta la historia que San Valentín era un sacerdote de Roma que desafío al emperador porque este no dejaba que los solteros se casasen para poder ser mejores soldados, y lo hizo celebrando matrimonios de enamorados a escondidas, por eso se convirtió en el patrón de los enamorados, ¡increíble!
En fín que hoy os dejo las galletitas que he preparado para el cole de mi hijo, que espero que os gusten.
Sé que debería haber puesto la receta un poquito antes para que hubieséis aprovechado a hacerla, pero no me ha dado tiempo, ¡lo siento!
Aunque personalmente creo que celebrar el día de los enamorados sólo un día al año me parece poquísimo, deberíamos de celebrarlo ¡todos los días del año!
Asique si no es hoy, mañana o cualquier otro día puede ser perfecto para comernos unas galletitas como estas!!
¡Por cierto! las fotos de hoy se las dedico a mi amiga Nuria, ya sabe ella por que! jajajaja
Ingredientes
- 250gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 175 gr azucar glas tamizado
- 1 huevo mediano
- 2 cucharadas de aroma de vainilla o cualquier otro aroma que os guste
- 500 gr de harina de repostería tamizada
Elaboración
Batimos la mantequilla hasta que se nos quede una textura suave y le incorporamos el azucar glas poco a poco para que se integre bien con esta.
Si vemos que se nos vá quedando pegado por las paredes del bol, vamos bajándolo para que todo se mezcle bien.
Añadimos el aroma que hayamos elegido y el huevo y volvemos a batir todo bien.
Ahora comenzamos a añadir la harina poco a poco hasta que se integren bien todos los ingredientes.
Debería de quedarnos una masa así........
A simple vista parece como si estuviese arenosa, pero en el momento que la empezemos a amasar un poco con las manos para darle forma para poder dividirla luego, cambiará su textura.
Por lo tanto la sacamos del bol y la colocamos encima de papel de hornear.
Dividimos la masa en tantas porciones como queramos.
En mi caso la dividí en seis partes. Cada una de ellas la coloqué entre dos hojas de papel de hornear y la estiré con un rodillo hasta darle el grosor que quería.
Cuando ya tenía todas las partes preparadas, las metí en el frigorífico con el papel de hornear, tal como lo véis en la imagen y sobre una base recta y plana para que no cojan forma de ningún tipo. Aconsejo que al menos estén de 2 a 3 horas, aunque a mí en esta ocasión ya no me daba tiempo de hornear ese día por lo tanto se quedaron en el frigorífico hasta la mañana siguiente. Y no os preocupéis, aguanta perfectamente. Además cuanto más tiempo esté en el frigorífico mejor será para poder cortarla y cojerla con una espátula fina para hornear, además el frío hará que nuestra galleta no pierda la forma que le damos.
Sacamos primero una de las partes que tenemos en frigorífico y le retiramos el papel de hornear superior, le damos la forma que queramos con el cortador de galletas elegido y las colocamos en un bandeja para hornear, separadas entre ellas al menos dos centímetros, pues aunque esta masa no lleva levadura, siempre crecen un poquito y por ello es aconsejable darles espacio entre unas y otras para que no se peguen. La bandeja que vamos a utilizar para hornear yo siempre la forro con papel de hornear antes de poner en ella las galletas.
Precalentamos el horno a 180º y las horneamos sin aire y durante unos 8-10 minutos, o en cuanto veamos que los bordes empiezan a cojer un tono dorado. Entonces las sacamos y dejamos enfriar en una rejilla.
Después haremos lo mismo con otra parte y así hasta terminar con toda la masa.
Una vez frías las podemos decorar como más nos guste, ya sea con fondant o glasa. Estas las he preparado con fondant porque por experiencia en el cole de mi hijo sé que les encanta y así quedaron!
¡Espero que os animéis a hacerlas y me contéis como os ha ido!
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